martes, 28 de abril de 2009

Ricardo Arjona, el problema no fue hallarte el problema es olvidarte.

Domingo 26 de abril de 2009, después de 7 años en España nunca he vivido una situación tan inexplicable en mi vida. Corrían las 20 horas treinta, nos pusimos en la cola, las conversaciones de la gente se mezclaban con los gritos de gol de los clientes de un bar, los típicos "me enseña eñ bolso" de los puertas del evento.
A las 20 y cuarenta horas, estabamos dentro del recinto en el Palacio de los Deportes de Madrid, pasmos por 2 controles más, nos acercamos a la barra de una especie de Bar, donde ofrecían cervezas y demás bebidas alcohólicas, nos quejamos de los precios; luego tomamos nuestros asientos, y esperamos. Para la espera un trozo de pizza y, sí un vaso de cerveza de aquel criticado bar.
Se apagan las luces, un anuncio de turístico de Guatemala nos previene de lo que se avecina.
Como lo había predicho empieza el concierto con la canción "Quinto Piso", la adrenaliba se me dispara, las pulsaciones suben, en el escenario emulan una calle y de fondo un edificio con cinco plantas, la quinta planta, el "Quinto Piso", que está en renta. Se puede observar en el bajo un Bar, la peluqueria "El peluco", 2 coches y gente.
El desconcierto es grande, porque él todavía no ha aparecido y la canción está a punto de terminar. Juego de luces, en la pantalla gigante se ve una ascensor parado en la quinta planta que va bajando, cuando llega al piso uno, empieza "El del espejo", todavía no aparece, la espectación aumenta, de repente algo sube del suelo (se me va un grito) y le acompaño con todos mis pulmones "te ves al espejo te ries de mi, vives bajo el pellejo de ese maniquí...".
Ha empezado, la gente está como loca gritando la canción, cuando acaba sin ningún respiro empieza a tocar "Acompañame a estar solo", era apenas la segunda canción y ya empezaban a brotar las primeras lágrimas.
Pero no todo fue bueno, cuando la primera canción iba por la mitad la gente se sentó, pero lo más indignante fue que yo lo quería ver de pie, pero la gente de detrás me decía que me sentase, y yo que no, al final fue un gorila de seguridad que me pidió que me sentase, pero se dió la vuelta y me puse de pie otra vez, así pase todo el concierto.
Momento cumbre de la noche, ya no tenía voz para seguir gritando las canciones, cuando armado con una guitarra acústica, se sentó en medio del escenario en un taburete, dijo "no querían que toque esta canción, pero sé que es algo significativo para muchos de ustedes, el origen de esta canción está en esa gente que atraviesa la frontera de EEUU, conocidos como mojados" (cuando escuche esto casi me da un paro al corazón) "(...) y así fue como conocí a la primer mojado en mi vida, mi madre" y empezó "Empacó un par de camisas, un sombrero, su vocación de aventurero, seis consejos, siete fotos, mil recuerdos. Empacó sus ganas de quedarse, su condición de transformarse en el hombre que soño y nunca ha logrado...", la grite con tods mi voz, con todo mi corazón, porque esa canción nos estaba descrbiendo a los miles de personas que hemos emigrado, en busca de ese sueño, la lloré, la viví , la sentí.
Cantó algunas canciones más, desde "Te conozco", "Quesos, cosas, casas", "Historia del taxi", "Señora de las cuatro decadas", "Quiero". También merece ser destacada la canción "Si el norte fuera el sur", con todas las banderas de fondo pasando en imagenes, y al final una foto del tío que reclutaba en la guerra en EEUU con el lema "Que la crisis la paguen ellos."
Algunas canciones más, lagrimas, gritos, aplausos, en fin todo lo que se merece este pedazo de artista, que ha logrado colarse en los corazones de mucha gente a base de letras increibles y música inolvidable.
El cierre de su concierto lo hizo con "Mujeres" "No se quien las inventó, no se quien nos hizo ese favor, tuvo que ser Dios, que vió al hombre tan solo y sin dudarlo pensó en dos, en dos..."
Nos hicimos fotos, debatimos sobre las canciones que le faltó tocar, otra cerveza y vuelta a casa, a soñar con las canciones que se han hecho realidad y con las que me gustaría que se cumplan.
¡Salud Ricardo Arjona!

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