miércoles, 3 de junio de 2009

La Ola

El cine viene dado por momentos de inspiración, ingenio, innovación, etc. En la decada de los 40, aproximadamente, se dió la primera edad de oro del cine, en esta ocasión fue del cine americano que nos dejó títulos como Ciudadano Kane; Casablanca; Lo que el viento se llevó, La diligencia, etc.
En los años 70 también vimos una buena muestra del talento Inglés en films como: La vida de Bryan; Alien, el octavo pasajero; Superman; La Naranja mecánica; 2001 Una odisea en el espacio, etc.
Más reciente a principio de los años 2000 vimos el buen hacer del cine Argentino, con títulos como El mismo amor, la misma lluvia; El hijo de la novia; Luna de avellaneda; Tiempo de valientes; Nueve reinas; entre otras.
Ahora, desde hace un par de años atras, se están produciendo en Alemania la mejor muestra de cine, que he visto en ese pais. A todos nos sorprendió la actuación de Bruno Ganz en El Hundimiento, donde encarnaba a un acabado Hittler. También queda en la retina y en la mente títulos como La vida de los otros; El último tren a Auschwitz; Cuatro minutos; El Perfume, etc.
Para seguir con su buen camino, el año pasado llegó a las carteleras (sin mucho éxito) La Ola, película basada en hechos reales. Narra un experimento social llevado a cabo por un profesor en la semana de proyectos del instituto.
Semana en la que cada alumno elegirá que tipo de movimiento político quiere estudiar, por un lado el anarquismo, autocracia, etc. Como no el profesor enrollado (entrenador de Waterpolo), es el que impartira autocracia, porque se le han adelantado al anarquismo (menos mal). Lo que empieza como un simple juego, la creación de un movimiento llamado La Ola, todos deben vestir igual, proclamar a un lider, un logo para el movimiento, un saludo; puede llegar muy lejos. No en vano la primera reacción a la pregunta ¿Podría en Alemania darse un nuevo Reich?, fue que casi todos decían que era imposible, que se había aprendido del pasado y tantas otras chorradas. Que a un simple maestro le bastó con empezar un juego, para que desemboque en una serie de nefastos acontecimientos.
Se intenta demostrar en esta cinta, la vulnerabilidad de las mentes jovenes. Al igual que pretende desmitificar la creencia de que Alemania (o cualquier país) está a salvo de un régimen totalitario.
Jürgen Vogel, lo hace bien, no sobreactúa, aunque en ocasiones le falte intensidad. Pero la sorpresa me la dió el desconocdo Frederick Lau, interpretando a un desequilibrado estudiante.
La acción se desarrolla en una semana, el ritmo es frenético. Y se ve el recorrido desde un pensamiento a otro, empieza en las mentes más débiles y termina por instaurarse en casí todas. Y su eclosión se da en un evento deportivo, en este caso en un partido de waterpolo, da la casualidad que un evento de este tipo une a la gente.
Ahí les dejo esta crítica con varios flecos que se deberían llenar viendo la película.

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